La obra promueve una reflexión sobre el impacto de los desaparecidos. El método de impresión es el encargado de transmitir la perdida a través de la omisión de la tinta en las vocales de la palabra ‘desaparecidos’. Se destaca la ausencia física y se convoca a pensar sobre el silencio y el olvido. Este vacío impulsa al observador a acercarse, a intentar descifrar lo que falta, simbolizando el esfuerzo necesario para afrontar y recordar las atrocidades.
La elección de eliminar la vocal que determina el género resalta la universalidad de la pérdida, centrándose en la esencia común de las víctimas más allá de sus identidades individuales. Cada espectador se enfrenta a una experiencia interpretativa que refleja la diversidad de recuerdos y respuestas emocionales.
Así, la obra, mediante su metodología y su mensaje, estimula un diálogo sobre los derechos humanos, la memoria y el rol del arte como vehículo de confrontación.